A qué juego escribiendo estas letras sin un destinatario final; en un papel virtual, con un rol de espectador inmóvil. Será que jugamos todos a vivir, digo yo; será un juego la vida dicen otros.

Cuando la vida se vuelve más dura, cuando las restricciones, las carencias y las necesidades arrinconan  y al final; cuando la muerte acecha, la vida deja a un lado el juego, el relajamiento juvenil y arrebata la tranquila sonrisa. Entonces la sonrisa se torna preocupada, crispada, encogida, angustiada.

Porque necesitamos sobrevivir. Y aún con lo poco que deje el desierto, la esperanza de vida continúa; hasta la última gota de agua en el cuerpo.


No hay algo a lo que temamos más que a la muerte. Nuestra enemiga natural y a la vez la justificación para depredar y derrochar en un instante lo que nos rodea. Soy un animal para la muerte, como primera reflexión; si deseo entender y comprender; y tal vez, dejar de entristecerme por tantas cosas que pudieran ser fuente de tristeza, en este transcurso que percibo como vida.

A cada momento que pasa es más evidente y contundente el carácter animal de mi existencia; cada día se hace más difícil dejar de aceptar que soy un animal; un completo animal. Veo claramente mis manos, las dos; mis piernas, mi cuerpo y hasta mi rostro en un espejo y es cierto: soy un animal. Pero recuerdo que tardé mucho tiempo en llegar a verlo, a ser consciente de ello. Llegué hasta revisar los libros que hablan del humano, de su cuerpo, de sus miembros, de sus órganos, de sus sistemas y compararlos: pregunté entonces por qué los humanos tenemos cuatro extremidades y los perros también? Ellos tienen cola y yo no¡ Pero tengo el coxis, mi pequeña colita¡ Yo no tengo pelos, o casi no como los churucos, o los micos maiceros; pero al ver mi pecho y mis piernas veo que crece; ah, claro, y debo afeitarme¡ La cuestión es que cada una de mis partes o mi cuerpo entero tienen forma animaloide. Pero ha sido tan difícil saberlo, ha costado tanto asumir mi animalidad en todos sus aspectos: en mi forma del cuerpo, pero también en mis hábitos y costumbres, en mi pensamiento y en mis actos.

El último descubrimiento fue saber que el rasgo mas distintivo de mi animalidad se muestra cuando tengo hambre. El hambre me recuerda que soy un completo animal. Cuando tengo hambre mi mente se anula y mis pensamientos viajan a mil por hora, entre la rabia y la angustia. La fórmula mágica es precisamente  comerme un banano, la "Musa paradisiaca", lo que inmediatamente me recuerda las imágenes de chimpancés de los zoológicos en la tv comiéndose un banano, la fruta predilecta de los primates.

Ese animal que soy, hecho de materia y energía, de agua y minerales; de oscuridad y de luz; ese que soy en este cuerpo en este mismo instante, sabe que mi existencia está ligada a todo lo que me rodea. Que necesito comer, dormir, reproducirme y morir. Es la necesidad la que en últimas determina todo, hasta estas palabras que escribo. Necesidad de respirar en cada instante, de comer cada tanto para recuperar mi energía y mi materia perdidas, como el agua que expulso y que pierdo a cada rato. Necesito tomar agua, dormir, ejercitar mi cuerpo para vestirme, mantenerme aseado, tener sexo y crecer hasta morir, ese día que nunca se sabe cuando llega.


Y en este camino largo y corto a la vez, he conocido que el humano tiene poder sobre si mismo y sobre lo que lo rodea; es autoconciente. No deja de sorprenderme ver obras hechas por el ser humano, que muestran la capacidad y el poder que tiene sobre la naturaleza para transformarla. Pero esto no es suficiente, no explica todo lo que podemos hacer ni lograr. No explica por qué habiendo tanto alimento, existan grupos humanos muriendo de hambre. Ni explica por qué con tanto poder sobre la naturaleza el humano decide destruirla en lugar de embellecerla. La única razón es nuestra animalidad. El poder nace de nuestra animalidad. La desigualdad nace de nuestra animalidad. Nuestra misma autoconciencia proviene de ella.

Algunas veces se ha reconocido la brutalidad que nos caracteriza, resumida en nuestra enorme capacidad de destrucción y muerte. La humanidad ha visto millones de humanos morir despedazados por bombas,  balas y machetes. También ha visto morir de hambre a millones de seres humanos. Es la ley de la vida, nacer y morir. Sin embargo existe en nuestra esencia la necesidad de sobrevivir, de mantenernos con vida a costa de cualquier cosa. Y es por eso que aunque parezca un juego de niños, trato de tomarme en serio la tarea de sobrevivir; no solo yo como persona sino yo como uno en sociedad; la sobreviencia de la sociedad de la que hago parte.

Sobrevivir en nuestras actuales condiciones no es tan diferente de como lo hicieron hace 40000 años nuestras antepasados, creo yo. La competencia por el poder es una característica natural de nuestra especie; esa competencia asegura que no se rompa la cadena de la vida humana. Obtener el poder significa tener la capacidad para limitar la supervivencia de un ser humano o de un grupo de humanos; obtener beneficios en términos alimenticios, en términos de reproducción, en permanencia de la descendencia; generalmente a costa de reducir esos mismos beneficios a otros congéneres y seres del planeta. El pez gordo se come al chico resumiría esto. Si se tiene poder es posible vivir a costa de la vida de otros.

En nuestras circunstancias actuales la lucha por el poder se encuentra amparada en las leyes y las constituciones de los países. El poderoso crea leyes, las reforma, las aplica y las impone. Es esta la manera como se legalizan las acciones de poderosos disfrazados de empresarios, de vendedores de ilusiones y mercancías; que nos ofrecen a cambio de nuestro esfuerzo y muchas veces a costa de nuestra vida. En la lucha actual entre unos pocos que atesoran el poder y millones de desposeidos, la vida misma tiene un precio. El poderoso quiere tenerlo todo a muy bajo costo y de manera inmediata; de esta manera se legalizan empresas que tienen como único objetivo lograr el control sobre la tierra, los recursos y sobre las personas.

No deja de ser inquietante por decir lo menos, que un hombre rico pueda gastar en un almuerzo en un caro restaurante, lo que miles gastarían en alimentarse cada día. Las desigualdades se van notando con el paso del tiempo a medida que la población humana aumenta. Y la ecuación se convierte en que menos del 5% de la población es rica y poderosa y el otro 95% agrupa a los desposeídos; a los que no tienen seguro ni siquiera su desayuno. Aquí vemos también que la ecuación puede modificarse ya que millones no tienen nada, o lo han perdido todo o tienen necesidad de supervivencia, lo cual los hace potencialmente desafiantes para quien tiene el poder. Qué más dá arriesgar la vida en una manifestación pública o un enfrentamiento con la policía si ya no hay casi nada que perder? O si ya casi se ha perdido todo? Echemos una mirada a la dramática situación actual de los desposeídos en EU; los que perdieron sus casas y quedaron hasta el cuello hipotecados y deben ahora dormir en calles, campamentos o vehículos.  El fenómeno de los foreclosures o deshaucios hipotecarios que han dejado ya alrededor de 7 millones de personas en esta situación solamente en USA y que dio origen al movimiento ciudadano llamado occupy wall street o su contraparte del 15M en España.

En Colombia ya es un cuento machacado el despojo de las tierras y la muerte de miles de personas debido al despojo. Esto está implícitamente reconocido por el Gobierno con la Ley de Tierras aprobada recientemente. Sin embargo hasta ahora los poderosos empresarios y dueños de enormes cantidades de tierra se habían mantenido a la sombra guardando prudente reserva. Pero los tiempos van cambiando y el despojo ya ni siquiera se hace por debajo de la mesa sino a plena luz del día; sobretodo amparados por las leyes que ellos mismos han creado. Ahora se han sumado los empresarios extranjeros que han visto que el "modelito" colombiano funciona, capital + leyes + fuerza pública = Despojo.

Entonces aquí empiezo a escribir sobre el tema de fondo; la supervivencia nuestra en Colombia y el Río Magdalena.

Nuestra supervivencia depende del la luz del sol, del agua y del alimento que la tierra produce. Así nos quedemos sin techo, garantizar estos elementos garantiza nuestra supervivencia. Podríamos tener que recurrir a vivir en cuevas, en edificios abandonados como en Grecia, en automóviles o en la misma calle y de esta manera aún podríamos sobrevivir; sin embargo sin agua no hay niguna posibilidad; sin comida tampoco.

¿Entonces a qué jugamos?

 A desangrar la Tierra y secar todas las fuentes de agua después de contaminarlas. Es como jugar a la ruleta rusa con el revólver cargado con 5 balas¡

La empresa española EMGESA, la italiana ENDESA y los accionistas del Proyecto Hidroeléctrico del Quimbo en el Río Magdalena juegan con la supervivencia de millones de personas. EMGESA  y sus socios, juegan a sacar máximo provecho económico destruyendo el equilibrio natural de la principal arteria fluvial del país. Juegan con la necesidad de miles de personas que necesitan beber agua y comer.

De la manera más absurda los funcionarios públicos colombianos actúan creyendo que sus decisiones tendrán una recompensa contante y sonante y que lo que le pase al Río Magdalena y sus pobladores no tendrá influencia en el futuro de nuestras vidas, ni en el de las suyas. No es necesario llamar al patriotismo, solo basta ser conciente de que la Tierra es finita y nuestra animalidad también.

El Río Magdalena nos ha alimentado a muchos y dado de beber a muchas generaciones. En él crecieron especies de peces como el Bagre rayado del Magdalena, Bocachico, Cuchas, Picalones o nicuros, sábalos, sabaletas y otras muchas que ya han desaparecido. Con cada especie que se extingue, se extingue también la vida humana. La diversidad biológica de las cuencas hídricas son nuestro sustento actual y futuro. El Instituto de Investigaciones Biológicas Alexander von Humboldt IAvH, recoge en la revista Biota de 2006 Vol 7 año 001; 34 familias con 79 géneros taxonómicos que incluyen a 129 especies de peces en la cuenca media del Río Magadalena. En la misma revista Biota se reportan para la cuenca alta del río Magdalena 28 familias en 76 géneros con 133 especies de peces.

"Entre el 19 y 21 de marzo se registró la muerte de 917 peces de 23 especies en el municipio de Gigante, Huila, en el sector donde fue desviado el río Magdalena para la construcción de la Hidroeléctrica El Quimbo de la empresa española Emgesa." Noticias Uno, 15 de abril del 2012.

¿La Agencia Nacional de Licencias Ambientales, la Empresa EMGESA, la CAM, el Ministerio de Ambiente, la Procuraduría Ambiental y Agraria, las Alcaldías Municipales, los Concejos Municipales, las Personerías, la Defensoría del Pueblo a qué están jugando? Esperan irse a vivir pronto a otro planeta con las ganancias de estos "jugosos" contratos y prebendas?

Le han dicho a la opinión pública que el proyecto está totalmente calculado, que sus consecuencias medidas, que las precauciones debidas se han tomado, que es un proyecto "modelo" en el mundo, que no existe peligro para las personas, que no va a pasar nada...

La opinión pública observa por el contrario que el proyecto Hidroeléctrico el Quimbo ha generado desplazamiento forzado de la población rural (tomaría cartas ACNUR en el asunto?), muerte de especies animales y vegetales, generación del desequilibrio hídrico del Río Magdalena, destrucción de la biodiversidad de una región única en el planeta.

La muerte de peces en la zona de desvío del río es ya una señal de alerta; alerta por la ineptitud humana, por la ceguera y la ambición. Los estudios técnicos dijeron que no ocurriría y sin embargo ocurrió¡ He aquí otra vez la animalidad que se impone, el carácter salvaje de unos humanos que nos creemos civilizados. No porque traigan corbata y usen relojes caros y carros blindados dejarán de ser los animales que somos. 

A corto plazo es un desastre ver lo que se hace con el río Magdalena y su cauce; ver como mueren millones de seres vivos. Pero a largo plazo (serán 5 o 10 o cuántos años?) estamos cavando la tumba tal vez de millones de seres humanos que habrán muerto de hambre y de sed en uno de los lugares de mayor riqueza y abundancia del planeta.

¿Que tendrá de animal la decisión de tener energía eléctrica por el represamiento del Río pero no tener comida? Aunque millones de seres humanos están muriendo de hambre, los gobiernos mundiales invierten en carreteras, festines y puticlubes. Tamaña desproporción; gastar millones en una boda "real" que en alimentos para hambrientos "imaginarios".

Desde las cuentas de la Nación, el resultado matemático y contable, considerando la depreciación, pérdidas y ganancias, el balance contable y las demás formas de calcular la bondad de un negocio, es decir, la rentabilidad; el resultado que ofrece el Proyecto Hidroeléctrico el Quimbo no es bueno, no es rentable. pero claro que ningún contador querrá llevar esa contabilidad; ni siquiera la Contaduría de la Nación, eso existe?

Las cuentas dan que no es rentable un negocio donde la carga social y el impacto ambiental generan un pasivo casi impagable. ¿Quién pagará las deudas de los puestos de empleo que se pierden, de la estabilidad económica de los habitantes de la Región y con ella la de los municipios y el departamento? El valor de la tierra que se quiere inundar es muy superior en cuanto a valorización en tanto se conserven produciendo comida, pues el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo no se valoriza sino que se deprecia pues en determinado tiempo la represa se colmata y se tapa de sedimentos, lo cual lleva a hacerla perder su capacidad productiva y por lo tanto pierde precio.

Pero en el fondo las cuentas que realizan los accionistas del "proyecto" tienen que ver con cuanta tierra se van a quedar cuando la represa se colmate y se llene de sedimentos altamente ricos en nutrientes y se apague.  Y entonces qué? ¿Qué pasará cuando la represa ya no genere energía suficiente? Pues quedarán las tierras fértiles a manos de empresarios voraces observando a una población desplazada forzadamente, aumentando los grandes centros de pobreza de las ciudades.

El Río Magdalena produce alimento para los ribereños y también para las grandes ciudades colombianas; su capacidad productiva se ha perdido y solo queda el 20% de la producción pesquera en menos de 50 años. Han desaparecido especies de peces pero con ellos también han desaparecido especies de aves, de mamíferos y reptiles principalmente por la sobreexplotación a la que se sometieron sus poblaciones (Coyungo, Caimán del Magdalena, Vaca Marina o Manatí por citar unos ejemplos); la mayoría de especies de peces se encuentran en listas de amenaza así como el aumento de la vulnerabilidad a la extinción de grandes poblaciones de animales y plantas que son únicas de esta cuenca o que dependen del cauce del Río Magdalena.

Es uno de los cauces más importantes del planeta por su ubicación geográfica, por su diversidad biológica y por su capacidad para abastecer de agua y alimento a una población que representa casi el 80% de la población de Colombia. Sin embargo, las represas en el Río Magdalena rompen la dinámica hídrica del río; lo cual han tomado los defensores del proyecto como argumento para promover las Hidroeléctricas como formas de controlar el desboradamiento de los ríos frente al Cambio Climático, lo cual es un sofisma de distracción únicamente. Por su origen andino montañoso, el Río Magdalena depende de las laderas y valles de la cordillera; sus aguas corren veloces y tienen altos contenidos de sedimentos y nutrientes que arrastran las lluvias desde las laderas. El principal indicador de los impactos negativos de los proyectos hidroeléctricos es la desaparición de las subiendas y de los ciclos reproductivos que se llevan a cabo en remansos, ciénagas y meandros. Esta situación tiene en vilo a miles de pobladores de las ciénagas del Río Sogamoso cerca de Barrancabermeja, que dependen del río para su subsitencia y que sufren las consecuencias del Proyecto Hidrosogamoso. Los impactos naturales y sociales llegan a ser incalculables e impredecibles, aunque los profesionales de los proyectos crean "racionalmente" que lo tienen todo calculado. ¿Les importa algo que millones de vidas no solo humanas, estén en peligro, ?¿Son concientes de ello?

Los Proyectos Hidroeléctricos como el Quimbo son ineficientes en términos energéticos pues el costo es mayor que el beneficio por la producción de energía. A pesar de esto, sus costos sociales y ambientales generan impactos que aumentan el ciclo de hambre y destrucción; por lo que los movimientos sociales y las protestas populares tienden a aumentar bajo la presión del hambre y la miseria.

Pues si; esta situación no es un juego de niños, es la arremetida brutal de un sistema de depredación llevado a cabo por depredadores racionales que no han descubierto aún su animalidad. La preocupación no cesa hasta que el humano animal despierte y apele a su auutoconciencia y autocontrol para detener la destrucción de la naturaleza, que también es su propia destrucción.

Dando un paso en la comprensión de semejante problema que nos heredan las hidroeléctricas, anexo algunos links con información al respecto:

http://www.youtube.com/watch?v=A8JtoednlbY&feature=player_embedded
http://www.elespectador.com/impreso/vivir/articulo-342415-enfermedades-del-magdalena
http://www.elespectador.com/impreso/vivir/articulo-342414-el-primer-dolor-del-rio
http://www.elespectador.com/impreso/vivir/articulo-342573-pocos-peces-un-mal-sintoma
http://noticiasunolaredindependiente.com/2012/04/15/noticias/nacional/reportan-mortandad-de-23-especies-de-peces-tras-desvio-del-rio-magdalena/

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